Curiosidad 1:
El corto al principio se iba a llamar SALTA.
Mi hijo salta mucho, es una de las estereotipias que tiene, cuando salta regula sus emociones.
Durante mucho tiempo no lo hice bien con él y cuando saltaba, tanto en la calle como en una tienda abarrotada de gente y veía como la gente lo miraba con mirada de juicio, lo cogía del brazo y le decía: para cariño , para, no saltes más, tú ves a alguien saltar?
Dentro de mi había mil contradicciones, dejarlo saltar y que la gente lo mirara o no dejarlo ser para que entre dentro de la “normalidad”
Esto me hizo replantearme muchas cosas, me cuestionaba mucho como lo estaba haciendo como madre.
Me imaginaba crear un cortometraje, donde le dijera a la sociedad, que si él saltaba era porque lo necesitaba, que lo dejaran SALTAR!
Imaginaba mil situaciones que vivíamos y tenia hasta un final,
Al final del corto solo imaginaba como una madre le decía a su hijo: No importa lo que la gente piense, salta hasta perder el aliento.
Yo misma creando ese guion interno empecé a comprenderlo todo.
El problema no era yo, el problema no era el, el problema era la sociedad con su mirada de juicio, que no lo dejaba ser.
Pues bien , ahora lucho por y para eso, para que lo dejen ser, mi hijo salta y canta a pleno pulmón y le doy herramientas para que no corte ninguno de sus impulsos.
En el cortometraje ,cuando nuestro protagonista ve trenes, por fuera lo que realmente está haciendo es gritar y saltar, igual que mi hijo. ❤️